martes, 8 de marzo de 2011

Pompeyanos Vs Cesarianos

Este fin de semana lo dedicamos a sacarle lustre a los pilums, squtums y gladius con un par de partidas a Impetus (15mm). La primera de ellas fué contra Daemon y su VIII Legión de Pomeyo, que se batió contra mi VIIII Legión de Cesar, en el marco de la guerra civil tras el primer triunvirato.

Las tropas se encontraron cerca del norte de Llerda (actual Lleida), en una zona algo accidentada y boscosa de los pirineos.


Las tropas cesarianas de la VIIII, al mando de Publio Junio Melo, desplegaron a lo largo del camino que llevaba a Llerda, protegiendo su flanco derecho por un denso bosquecito y tomando una posición elevada en el flanco izquierdo, las tropas auxiliares se colocaron por delante de las legiones para cubrir el avance de las mismas hacia el centro del campo de batalla.  Publio, como muestra de buena prudencia, parte de sus tropas detrás de la caballería, con la intención de, por un lado, presentar un frente de batalla más estrecho y por lo tanto parecer más débil y por el otro, para proteger su caballería del movimiento envolvente que lo más seguro que intentara su rival.


Por su lado, el comandante de las tropas de Pompeyo desplego en una claria línea de batalla de triple helix, con las tropas ligeras al frente y las unidades de legionarios alternando espación entre la segunda y tercera línea. Los Equites fueron desplegados detras de un frondoso bosque, fuera de la línea de visión de las tropas enemigas, mientras que el comandante y su escolta de caballería, desplegaron detras del todo, con la intención de explotar los huecos causados por los legionarios y atacar a las tropas ribales por el flanco o la retaguardia.


Las tropas de Cesar se preparan para el avance, cuando Publio da la orden de avanzar, el imaginifer enarbola bien alto el estandarte de la VIIII.


Los auxiliares de la VIIII comienzan su aproximación a las tropas rivales, su misión esta clara, entorpecer su despliegue, romper su línea y si es posible desbordar las posiciones de los legionarios para amenazar los flancos y hostigar a sus equites.


La legión de Pompeyo, respondiendo al avance del enemigo, emprende su aproximación para entablar combate en la zona más ancha del centro del campo de batalla, donde su bien formada línea de combate puede ser decisiva frente a un número menor de tropas enemigas.


Mientras los legionarios de la VIII avanzan, los equites empiezan su movimiento de flanqueo, el bosque les proporciona una cobertura perfecta, ya que oculta el ruido u el polvo que provoca la caballería al desplazarse.


Ajenos al movimiento de la caballería de Pompeyo, las tropas de la VIIII avanzan muy lentamente hacia el centro del campo de batalla, Publio no tiene prisa, es consciente que ha de explotar los posibles errores de su oponente y para ello, la mejor forma es el acercamiento lento. Esto provoca que las tropas enemigas se pongan nerviosas y que los generales se precipiten para entablar combate.


Publio,envía orden a los auxiliares de que avancen y empiecen el hostigamiento de las tropas enemigas.


Ante el avance de los auxiliares de la Nona, el comandante de la VIII también avanza  a sus auxiliares, empiezan las primeras hostilidades.


Mientras las tropas de Publio se acercan al centro de la línea de batalla, parte de los auxiliares de la VIII flanquean a la caballería y empiezan a hostigarla arrojando gran cantidad de jabalinas contra la misma. Aunque no se producen bajas importantes, la caballería queda desordenada y algunos jinetes pierden el control de sus monturas.


Mientras tanto, las tropas de la VIII se despliegan en una clara lía de batalla, preparadas para asaltar a sus enemigos. Publio, se da cuenta de ello, ha pasado justamente lo que el no quería que pasara, ahora ha de pensar en como romper esa férrea línea de legionarios si quiere obtener la victoria.


Publio hace que sus auxiliares rompan el contacto con sus homónimos del enemigo, han de hostigar el flanco de las tropas situadas más a su izquierda y provocar que las tropas del centro rompan la línea, es consciente de que esta a  punto de sacrificar a parte de sus tropas para conseguir desestabilizar la línea de batalla del enemigo.

Los auxiliares, haciendo gala de una férrea disciplina, se acercan a las tropas rivales y las someten a ataques constantes de jabalinas, los legionarios de la VIII, se lanzan a por los auxiliares rompiendo la formación de batalla. Mientras tanto, a lo lejos aparecen los equites de Pompeyo, Publio, ordena la retirada de su caballería para evitar que sea atacada por el flanco.


Ante el constante ataque de los auxiliares, las tropas de la VIII empiezan a acumular bajas importantes, los auxiliares de la VIIII no cejan en su empeño de castigar a las tropas enemigas.


Viendo la oportunidad perfecta, Publio adelanta sus tropas del flanco izquierdo, combando algo su línea de batalla, con la intención de atacar por el flanco a las tropas enemigas. Mientras reanuda el avance por el centro, los legionarios que habían estado en reserva detrás de la línea de batalla, se adelantan para cubrir el hueco dejado por la caballería, mientras esta, ya en segunda línea, se reagrupa y se prepara para el siguiente movimiento. Los auxiliares han conseguido flanquear por completo las topas del ala izquierda e internándose en el bosque se preparan para atacar a la caballería enemiga.

Los hombres de Pompeyo, viendo tan cerca ya a sus rivales, se lanzan a la carga a por ellos, sin ser conscientes de que se dirigen a una trampa. El general de la VIII, viendo peligrar el flanco de sus tropas por culpa de los auxiliares de la VIIII, decide lanzarse de forma impetuosa a por ellos, cargando junto a los equites que le hacen de escolta. Los auxiliares a su vez, deciden recibirlos dentro de un bosque, obstaculizando el movimiento de caballería y equiparando el combate.


Los auxiliares sostinen el combate contra la caballeria de la VIII, gracia a su posición en el lindero del bosque. De otra forma, los auxiliares hubiesen sido barridos tras la carga de la caballeria.


Finalmente las dos líneas de batallas entran en combate, las bajas por ambos bandos están muy igualadas, así que Publio ordena el avance sobre el blanco derecho, para presionar y tentar a la caballería de la VIII que ya esta a distancia de carga.


Mientras los combates en el centro y el ala derecha se sostienen igualados, la infantería de la derecha consigue rechazar al carga de la caballería, aunque queda en una posición un tanto delicada. Para proteger a su infantería, Publio, ordena a la caballería que estaba preparada en segunda línea, que efectúe una carga contra la infantería del centro del campo de batalla, con la intención de ponerla en fuga.


Todo y que los equipes luchan con valientes, consiguen ser rechazados por las unidades de infantería, que ya habían visto a la caballería y habían cerrado filas en previsión de su carga. Las tropas del flanco izquierdo han conseguido poner en fuga a sus rivales y ahora comienzan a maniobrar para enfrentarse o a la caballería que esta trabada con los auxiliares o a los legionarios que aun aguantan en el centro. Publio, viendo que su ala derecha esta a punto de colapsarse, decide que ha llegado la hora de terminar con la batalla. Ordenando a su guardia pretoriana que preparen las armas, se dirige a primera línea de combate.


Renovado su ímpetu, los legionarios del centro, al ver como Publio avanzan hacia el combare, recobran sus fuerzas y consiguen desbandar a los supervivientes del centro de batalla pompeyano.

El general de la VIII, viendo como su centro de batalla ha sido puesto en fuga o destruido, como había caído su flanco derecho y siendo aun presionado y hostigado por los auxiliares del bosque, decide que la batalla ha concluido y da la orden de retirada, dejando el campo victorioso la los hombres de la VIIII y su general Publio Junio Melo.


Agradecer a Juanjo esta increíble partida, me lo pase en grande y no vi clara la victoria hasta el final, me lo puso muy difícil.

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