La verdad es que más de una vez me han preguntado por el nombre del Blog, primero por la numeración, que, aunque parezca mentira, esta correctamente escrita y segundo el porque de esa legión en particular.
La verdad es que hace años que la historia concreta de esta legión me tenia encantado, su origen hispano y el hecho de que participara en mayor o menor medida en todos los grandes acontecimientos de le época dorada del Imperio Romano y que varios de sus centuriones, pasaran a la historia (cosa curiosa, ya que muy pocos de estos agresivos y decididos mandos han sido recordados) hicieron que cuando se me planteó la oportunidad de hacerme un ejercito histórico, me decantara rápidamente por esta legión y a la hora de abrir un blog para hablar de mis partidas y fricadas, no se me ocurrió nombre mejor que el de VIIII Legion.
A continuación os dejo un resumen (sacado de Wikipedia) de la historia de la legión.
Origen, reclutamiento y acciones hasta 30 a. C.
La
Legio IX Hispana probablemente fue reclutada hacia el
60 a. C. para colaborar en las campañas de pacificación de la provincia
Galia Narbonense atacada por los
alóbroges.
En
58 a. C. fue asignada junto con la
Legio VIII y la
Legio X a
Julio César para su conquista de la
Galia. Desaparecida durante el reinado de
Marco Aurelio en el
siglo II, probablemente aniquilada. Su símbolo es hoy por hoy desconocido, aunque es muy factible que fuese el toro, como el de las demás legiones consulares creadas por César.
La legión bajo Augusto y Tiberio
Con Octavio ya
Augusto y emperador, la legión fue enviada a la
Hispania Tarraconensis para participar junto a otras siete en las importantes y largas
campañas contra los cántabros (
25–
13 a. C.). Su sobrenombre de
Hispana fue ganado probablemente por sus acciones durante este periodo. Con anterioridad fue llamada también
Hispaniensis, 'estacionada en
Hispania', pero posteriormente se eligió la forma
Hispana.
Después de esto la legión fue trasladada la frontera del
Rin ante la necesidad de concentrar tropas para proteger el frente de las
tribus germánicas.
Claudio y la invasión de Britannia. La legión y los Flavios
Bajo el mando del gobernador proconsular
Cayo Suetonio Paulino la legión participó en la campaña contra la reina
Boudicca (
61 D.C.), intentando romper el cerco de
Londinium (actual
Londres). En el transcurso de esta acción se vio obligada a retirarse a su fortaleza de
Longthorpe con un número considerable de bajas y el gobernador decidió enviarla a cubrir su retaguardia, no participando en la acción que aplastaría la rebelión en la
Batalla de Watling Street. Debido a las bajas acumuladas durante la rebelión, hubo de ser reforzada con dos mil legionarios provenientes de las legiones de
Germania Inferior y
Germania Superior.
Posteriormente, y antes de que la fortificación de
Lindum (actual
Lincoln) estuviese finalizada en el año
65, sus efectivos fueron divididos entre los fuertes de Longthorpe y
Newton-on-Trent.
En
71 la legión fue reemplazada en
Lindum por la
Legio II Adiutrix, trasladándose a una fortaleza de piedra recién construida en
Malton, próxima a
Eburacum (
York). Es probable que durante su estancia en Britania participara junto a las otras tres legiones británicas en la construcción del
Muro de Adriano aunque no está demostrado.
La destrucción de la unidad
En 120 la
Legio VI Victrix reemplaza a la Legio IX
Hispana en York. Durante mucho tiempo fue desconocida su historia a partir de esta fecha, lo que dio lugar incluso a elaborar leyendas sobre su «misteriosa desaparición» entre los
Scotti en sucesivas novelas de recreación histórica, como la muy popular de R. Sutcliff
The Eagle of the Ninth, de
1954 muchas veces reeditada, cuya adaptación cinematográfica se estrenó en
2011.
[3]
Sin embargo, la leyenda se demostró como tal, ya que a partir de 1970, con el hallazgo de diversas inscripciones, pudo acreditarse que la legión IX (o VIIII, como aparece en los epígrafes) había sido trasladada desde
Britannia a los alrededores de
Noviomagus, ciudad de los Bátavos (actual
Nimega,
Holanda), donde estuvo acuartelada al menos hasta 131 d. C., cuando fue enviada a Oriente.
Tras esa fecha sí se pierde su rastro, por lo que se cree que pudo ser diezmada o aniquilada. Se han sugerido diferentes opciones para ello: en
Judea bajo
Adriano (años
132-
135), en
Armenia o en
Capadocia bajo
Marco Aurelio (
161) o, en
162 d.C., durante la invasión de los
Chatti. Lo único cierto es que en una relación de legiones de época de
Marco Aurelio ya no se la menciona.
Hay que tener en cuenta que los
historiadores y cronistas romanos eran extremadamente reservados a la hora de registrar en sus escritos aquellas legiones que fueran deshonradas, debido a que el recuerdo de su memoria hubiese sido prohibido. Igualmente ocurría con aquellas que fueron aniquiladas en el
campo de batalla, no siendo dado a conocer el hecho por cuestión de moral pública y para asegurar la estabilidad política del
imperio.