Pasadas las copiosas comidas y cenas de Navidad, Noche Buena y San Esteban, toca bajar los turrones tirando dados. Los amigos del Bunquer, nos propusieron jugar una demo de Tercios, de Liber Militum. Para ello, organizaron dos ejércitos de 1000 puntos, partida estándar, uno de Tercios Españoles y el otro de tropas Protestantes Holandesas.
El juego tiene una mecánica sencilla, asignación de ordenes ocultas a los regimientos y artillerías y una activación alterna de tropas, empezando por el jugador que gane una tirada de iniciativa. La "salsa" del juego, la dan los oficiales de campo, que tienen unos niveles, según su calidad, habilidad y maestría, esto les permite acceder a ciertas habilidades especiales u ordenes, con las que mejorar a tus tropas, tu táctica o entorpecer al enemigo.
El sistema de perfiles de tropas, armas y demás es sencillo, además, el sistema de tiradas es fijo, sin muchos modificadores, lo que facilita el aprendizaje del juego, al menos, la parte de mecánica básica y tras un par de turno, ya se puede jugar sin mucha ayuda.
La verdad es que como jugadores más o menos veteranos de los wargames, en el segundo turno, ya estábamos planeando maldades y viendo los "limites" del juego, como la eliminación de todos los mandos del enemigo, cargas de flanco y retaguardiay viendo que otras "maldades" podíamos hacer.
Es un juego rápido, pensado para ser jugado en una o dos horitas, lo que te obliga a estar muy atento a las ordenes, movimientos y contra-ordenes, ya que, las tropas se desplazan grandes distancias y es muy sencillo que se abran huecos en la línea que el enemigo puede explotar muy rápidamente. También se puede dar el caso contrario, de que un jugador se enroque en la mesa y sea imposible romper la línea o en ese caso, el bloque. Creo que es un muy buen juego para jugar con amigos o recrear batallas históricas e iniciar a la gente al wargame histórico, pero, como pasa con otros juegos similares, es peligroso para partidas más competitivas, ya que llama mucho a buscar combos y habilidades que pudieran llegar a desvirtuar el juego o el periodo.
En resumen, un juego divertido, sencillo y ameno, para jugar partidas rápidas. Las miniaturas de la época son espectaculares y hacen que las mesas sean muy visuales. A ver si liamos a los amigos del bunquer para montar alguna batalla histórica grandota para el próximo año.
Agradecer a Miguel y Juanma su paciencia y que preparan esta partida, a los amigos de Kekolandia por dejarnos el espacio para jugar. La verdad es que lo pasamos muy bien y tenemos ganas de repetir!!