En las fértiles tierras de Iberia romanos e iberos miden sus fuerzas en un despiadado combate. Las topas de la VIIII Legión se han desplegado en una clásica línea de batalla, mientas los bárbaros iberos se amontonan frente a las disciplinadas tropas de la Legión.
Los auxiliares, cumplida su misión de proteger el despliegue de los legionarios, se lanzan a hostigar a los iberos, con sus agiles movimientos preparan las jabalinas para castigar a los barbaros con una lluvia de muerte.
Mientras tanto, los equites que habían sido enviados a rodear el bosque del flanco izquierdo completan su movimiento y descubren una unidad de caballería ligera, el oficial al mando de los equites, viendo una posible mención al valor, ordena a sus hombres que se preparen para la carga.
Los iberos ceden terreno ante la acometida de los auxiliares romanos, estos viendo que sus rivales retroceden se arman de valor y continúan su decidido avance. El Primum Pilus, viendo este movimiento de los iberos, ordena a las unidades del centro de su línea que avancen para apoyar y consolidar el terreno capturado por los auxiliares.
Los equites se lanzan a la carga contra la caballería del flanco izquierdo, con la intención de rebasar las primeras unidades y llegar a los nobles a caballo que están en segunda línea. Pero los iberos, ante la cercanía de sus superiores hacen una actuación memorable y consiguen, no solo detener a los equites, si no que los ponen en fuga, causando gran cantidad de bajas entre la caballería romana.
Los auxiliares romanos entablan un férreo duelo a muy corta distancia con varias unidades de infantería y de hostigadores iberos. Mientras tanto las cohortes del centro prosiguen su acercamiento a las tropas enemigas con la intención de explotar la debilidad del centro de batalla ibero y romper y dividir el ejército en dos.
Mientras las tropas romana avanzan contra el centro de batalla enemigo, un nutrido grupo de iberos se ha internado en el bosque, pasando ocultos por la espesura, han conseguido rodear a los romanos y se preparan para atacar la retaguardia de la Legión.
En ese momento el comandante romano se da cuenta de que ha caído en una trampa, con sus tropas rodeadas por terreno denso, sin posibilidad de maniobra, solo queda una solución, romper el centro enemigo para poder salvar la vida.
Los legionarios, viéndose atrapados en la trampa de los iberos se lanzan a un feroz combate contra los iberos, pero estos, contra todo pronostico, aguantan la feroz carga de los soldados de roma.
Mientras los iberos aguantan la línea frente a los romanos, el grupo de flanqueo empieza a hostigar la retaguardia romana, rodeando el bosque que tiene a su derecha.
Finalmente, los legionarios no pueden más frente a la superioridad numérica ibera y son desbandados, solo los más valerosos resisten aun en combate. El comandante romano, urge a sus soldados para que consigan una ruta de escape y no ser masacrados.
Aiiis, esos romanos. No habian estudiado bien ni al campo ni a sus enemigos, pero bueno.
ResponderEliminarGran informe de batalla. Las fotos, geniales.
Es el reglamento de Impetus, no?
Si, usamos Impetus a 15mm
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