Bueno, quien dice batalla, dice masacre. Un ejercito completamente compuesto de unidades montadas, entre caballeros, caballería media y ligera, contra las rígidas y lentas formaciones de los romanos y sus tropas auxiliares fue poco más que una carnicería. Los romanos intentaron dividir a las fuerzas enemigas con un pequeño grupo de tropas en su flanco derecho mientras el grueso de las legiones y caballería tomaban buenas posiciones en el izquierdo, pero la línea de caballería asiática ni aminoró el paso al desbandar por completo a los auxiliares y pivotar para cerrar el circulo sobre los romanos.
Con todo su flanco derecho completamente fuera de juego, las tropas romanas deciden retirarse del campo de batalla antes de ser completamente embolsadas y aniquiladas. Victoria para los defensores Qin.
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