Tras mucho tiempo, regresamos a las batallas galácticas del universo de Star Wars con una partida de Star Wars Armada a 400 puntos entre las flotas del Imperio al mando de Josep y las de los Rebeldes al mando de Sergi. Para esta partida se jugó el escenario de Campos de Minas sobre un mundo acuático.
La flota del Imperio desplegó agrupada con sus cazas en posición de defensa y plantaron un amplio campo de minas cerca del punto de llegada de la flota Rebelde. Por su parte la flota de la rebelión se desplegó en los dos flancos con la intención de rodear a los imperiales y mantener una distancia segura frente a la potencia de las naves enemigas.
Las naves rebeldes llegaron a plena potencia y un par de ellas calcularon mal su maniobras y activaron varias minas, sufriendo algunos daños leves y una de ellas daños críticos que desactivo parte de sus escudos. Los escuadrones de Alas-X e Y, así como el Halcón Milenario se avanzaron para ejercer de pantalla. Los imperiales por su parte, conscientes de que sus naves eran más robustas y con mejor armamento, decidieron avanzar a mínima propulsión para dar tiempo a sus unidades de cazas a eliminar a sus contrincantes y despejar la zona de tiro para sus naves capitanas.
El comandante de la flota en su MC-75 Independence, viendo que las naves del Imperio van a retrasar lo máximo posible la aproximación, ordena un cambio de rumbo para intentar realizar un ataque de pasada por el flanco de Destructor Estelar con las baterías de costado, mientras las CR-90 y las Nebulon-B siguen con su maniobra de flanqueo e intentan rebasar la posición imperial y poder atacar por la retaguardia a los imperiales, su punto más vulnerable. En el centro, cerca de las dos naves capitales, empieza un duro e igualado combate de escuadrones.
Una de las fragatas CR-90 es atacada de forma sostenida por el Destructor Estelar y sus naves de apoyo, mientras enjambres de cazas TIE consiguen abatir a los escoltas de ambas fragatas. La fragata es destruida sin mayores dificultades, pero da tiempo a su compañera a rebasar la línea imperial y empezar a amenazar la retaguardia de las naves enemigas.
La MC-75 consigue hacer un ataque de pasada por el flanco del Destructor Imperial, seguida del ataque de las Nebulon-B, pero no causaron prácticamente ningún daño. Con las naves ya en rumbos muy divergentes, los mandos de la rebelión, habiendo perdido una de las CR-90 y una Nebulon-B que recibe todo el fuego del Destructor y es partido por la mitad, ordena saltar al hiperespacio, dejando a las naves del Imperio con el control del campo de batalla y la Victoria en este enfrentamiento.
Una partida para retomar el contacto con este gran reglamento y que ha picado a varios de los miembros de la Legión a ampliar o pillar nuevas flotas, así que pronto, más combates entre estas naves icónicas de Star Wars
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